Pecas ha prometido llevarle a Calzas unas zanahorias para hacer un pastel. Y como lo prometido es deuda, se pone en camino a pesar de que una densa niebla lo cubre todo. Tras dar varios rodeos, consigue reconocer la casa de su amigo. Pero, al llamar a la puerta, es Calzas el que no reconoce a Pecas.