Escribía :Jünger en 1932 : «La intención de este libro consiste en hacer visible, más allá de las teorías, más allá de las facciones, más allá de los prejuicios, la figura del :Trabajador como una magnitud operativa que ha incidido ya poderosamente en la historia y que está imponiendo las formas de un mundo cambiado». En esta lúcida visión que :Jünger tuvo de ese «Estado total» que él entreveía ya formándose inexorablemente, es comprensible que, al lado de la figura del Soldado o del guerrero, él analizara esa otra figura, para muchos, durante tanto tiempo, símbolo de vigor, fuerza y poder. Hoy, a distancia del ciego y empecinado ostracismo al que fue sometido, este libro aparece al lector como una etapa más en la evolución del análisis descarnado que del mundo viene haciendo :Jünger desde hace setenta y cinco años.