El servicio público de la electricidad se ha convertido en una prestación indispensable para las sociedades modernas. Frente a esta realidad, la crisis que atraviesan muchos de los grandes sistemas de energía del mundo implica un trastorno para la vida humana, pero también el impulso de nuevas soluciones y posibilidades superadoras. Tanto la reparación de las instituciones del sector eléctrico como la utilización de energías renovables y del hidrógeno como vector energético, constituyen alternativas complementarias para la superación de dicha crisis. La implementación de ambas propuestas supone una decisión estratégica que abarca aspectos culturales, institucionales, científicos y técnicos.