A veces, una colada tendida en un balcón irrumpe en una fachada recordándonos que, detrás de un muro de hormigón, vive alguien. Alguien que tiene colgado con unas pinzas su camisón de los sábados, o su camiseta de la suerte, o el uniforme del cole, o unos calcetines desparejados. Alguien que tendrá una vida, con su corazoncito incluido en el loteà Estos relatos narran la historia de ocho personas, aprovechando que están desnudas, con su ropa tendida.