Rosalind creció con el deseo de mejorar la vida de los demás. A los quince años, supo que quería ser científica. Veinte años después, hizo la primera fotografía del ADN del mundo, hecho que cambió el futuro de la ciencia para siempre. La inspiradora historia de una científica que no obtuvo reconocimiento en vida pero que hoy es considerada una de las mentes más brillantes de todos los tiempos.
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