ClZrigo, arist-crata y aventurero, Pierre de Bourdeille, conde de BrantTme narra sin tapujos la vida ´ntima de las mujeres en las postrimer´as del S XV y el alborear del S XVI, a-os en que las damas gozaron de plena libertad sexual para ser infieles a sus maridos, siempre y cuando Zstos consideraran que el Óenga-oÓ les ser´a recompensado con el beneficio del alarde masculino manifestante de que sus mujeres hab´an sido deseadas por un alto cargo pol´tico o un destacado miembro de la corte. As´, la infidelidad no solo estaba bien vista, sino que les resultar´a beneficiosa a ellos mismos, motivo por el que los hombres alardear´an poblicamente de sus cuernos haciendo hincapiZ en la fama del caballero que se hab´a llevado a su esposa al catre, incluso defendiendo en sus tertulias Ðsolo para hombres-, el grado de importancia o jerçrquico que ostentaba su ÓrivalÓ, llegando a competir entre ellos de cual de sus mujeres se encamaba con el de mçs elevado rango. De esta manera, el hombre hac´a caso omiso a los escarceos de las que eran sus esposas y les facilitaban las citas, sin otro objetivo que el de ser los mejores cornudos.