En el mundo occidental vivimos la era del vacío. Uno de los rasgos característicos de la sociedad actual es el clima de seducción que parece impregnar cada vez más la vida. Sin embargo, una vida digna como personas exige no sucumbir ante las seducciones, que nos destruyen en lo más íntimo y nos impiden reconocer la absoluta trascendencia de Dios y ver en la Religión la expresión de lo sagrado en el ser humano. La mística, a través de los veinte representantes de las distintas religiones que se presentan en este libro, parece particularmente apropia da para responder a la búsqueda de una experiencia de Dios, de una experiencia religiosa que cambie totalmente nuestra existencia. La mística es un camino válido para el diálogo interreligioso, pues lo s místicos de todas las religiones están todos entroncados en el Amor.
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