La dama de provincias ha tenido un pequeño éxito literario que, lamentablemente, no ha supuesto una mejora sustancial de sus finanzas; sin embargo ha podido alquilar un pequeño apartamento en Londres al que va de vez en cuando para escribir con calma y frecuentar el mundillo literario de la mano de su «querida Rose». Su diario sigue siendo un fiel reflejo de las cosas que le suceden: los pequeños problemas que le da la educación de sus hijos y el gobierno de su casa, la misantropía de su marido, o las indiscretas aventuras de su escandalosa amiga Pamela Pringe. En ´La dama de provincias progresa´, E. M. Delafield continúa con el relato cotidiano de las desventuras de la dama de provincias, de sus agobios y preocupaciones, de sus pequeños triunfos, y ahonda en el vivísimo e inolvidable personaje con el que se identifica cualquier lector que se haya sentido alguna vez sobrepasado por los quehaceres del día a día. Continuación del famoso ´Diario de una dama de provincias´: un hilarante retrato de la clase alta británica y una de las más divertidas novelas de la literatura inglesa del x