La edad solo es un número. Unas personas envejecen más rápidamenteáque otras; unos suben ochomiles con ochenta años mientras otros sonáincapaces de subir al monte pasados los cuarenta. En la isla griega deáIcaria la gente vive de media diez años más que en el continente y lo mismoápasa en Okinawa, donde llegan a centenarias tres veces más personasáque en el resto de Japón. Y es que envejecer y cumplir años son dosácosas distintas y, aunque todos celebramos los cumpleaños a un mismoáritmo, no todos envejecemos a la par.áValentín Fuster, a pesar de ser una eminencia, un médico de reputaciónámundial, nada puede hacer para frenar nuestra edad cronológica.Lo que sí puede hacer, y en este libro da prueba de ello, es ayudarnos aáralentizar, frenar incluso, nuestro envejecimiento, incorporando a nuestraávida ejercicios, rutinas y actividades, físicas y mentales, que retrasen alámáximo desde los cambios más superficiales -las arrugas, por ejemplo-áhasta los celulares y neuronales.:La ciencia de la larga vida nos descubre cuáles son los secretos deála longevidad y cómo se debe actuar para mantenerse siempre activo física,áintelectual y emocionalmente. Es el arte de vivir más, pero, sobreátodo, de vivir mejor. Mucho mejor.
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