En algunos de los sectores que combatieron más activamente al franquismo se ha ido erosionando su impulso inicial, rebelde e inconformista. Hoy se han instalado en el inmovilismo y en un enclaustramiento que los aleja de la sociedad y de la juventud. Muestran grandes dificultades para percibir los cambios más positivos que se han venido dando en el mundo de los valores de la sociedad española. El autor de estas páginas subraya la necesidad de una acción realmente proyectada hacia la sociedad. Fuera de esa perspectiva, sostiene, la acción transformadora se convierte en un sinsentido.
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