Agnew atribuye a la Geopolítica un significado concreto: ´el examen de los supuestos, clasificaciones y explicaciones geográficas que participan en el diseño de la política mundial´. El libro se organiza en torno al análisis de varios conceptos clave de la imaginación geopolítica moderna: la visualización del mundo como un todo, la definición dual de espacios ´modernos´ y ´primitivos´, la noción de que el Estado es la forma más elevada de organización política, la búsqueda de la supremacía por los Estados y la necesidad de una ordenación jerárquica. El autor analiza también los efectos de los atentados del 11 de septiembre de 2001 sobre las ´incertidumbres´ geopolíticas que habían aparecido tras el fin de la Guerra Fría.