1937. Antonio Altemir se halla a bordo deláCatania rumbo a Buenos Aires, con el fi n deáreunirse con su esposa Elisa y su hijo reciénánacido, a quien todavía no conoce. Antonio haáestado a punto de ser fusilado por Franco. Salvadoáin extremis por el general Cabanellas yáencarcelado durante meses, decidió enviar aElisa de vuelta a su país natal, Argentina, paraáprotegerla, a ella y a su futuro hijo, y alejarlosáa ambos de un país y unas ilusiones que seáderrumban con la llegada del franquismo.Con la mirada optimista y la ilusión de reunirseácon su familia, pero el corazón triste por dejarásu tierra, sus luchas y sus amigos atrás, Antonioárecordará, con melancolía, lo que ha sido suávida hasta entonces. A través de su memoriaáreviviremos la historia de la familia de los Altemir,áuna familia acomodada de Aragón queáun buen día decidió, como muchos, emigrar aáCataluña, una tierra con más oportunidades alas puertas del siglo XX, situándose en la Barcelonaáde principios de siglo. Antonio, el hijoámenor de la familia, y sus hermanos se implicaránádesde muy jóvenes con los movimientosápolíticos anarquistas capitaneados por Lerroux,áy mientras sus hermanos deciden estudiar derecho,áél dirige sus esfuerzos al periodismo,áque vive con gran pasión y como la puerta a laálibertad de expresión y el cambio social.
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