Desde sus comienzos, por los años cincuenta, en la época en que los ordenadores personales no existían ni en proyecto, el Análisis Dimensional ha pretendido poner en la mano del investigador, y del universitario que aspira a serlo, las ventajas del análisis factorial. Surgió como recurso didáctico para hacer intuible a catedráticos de Filosofía el sentido del análisis factorial (AF), con fines de orientación vocacional a estudiantes de bachillerato. Durante largo tiempo se ha venido utilizando como equivalente al AF en trabajos de investigación, tras repetidos ensayos expresamente diseñados para verificar la concordancia entre ambos tratamientos. Intentamos ahora justificar la confianza depositada en el método como instrumento científico, primero por vía intuitiva y luego críticamente, utilizando para este propósito un mismo modelo, antes de mostrar algunas de sus aplicaciones, y de proponer el programa informático con el que termina esta presentación.