El género literario al que pertenece esta obra de Pedro Mejía, el género de los diálogos, «dialógico» o «dialogístico», tenía una dilatada y gloriosa tradición desde la Antigüedad y alcanzó en el Renacimiento una proliferación espectacular. La valoración del hombre en su individualidad, con capacidad para defender sus opiniones propias en contraste con las ajenas, propició la floración de los diálogos en el siglo XVI. La obra de Mejía tuvo un formidable éxito editorial en su época dentro y fuera de nuestro país. Con sus «Coloquios», Mejía fue uno de los primeros en inaugurar o reinstaurar, en lengua vulgar, un género de larga y consolidada tradición clásica, al que el humanismo del Quinientos había dado calurosa acogida, pero siempre escrito en el envoltorio formal del latín. Mejía, con clara visión comercial de escritor y con decidida voluntad de humanista por difundir la cultura, volvió a dar en la diana como lo había hecho con la publicación de sus dos obras anteriores: «Silva de varia lección» e «Historia imperial y cesárea».
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