«Por lo alto de las montañas, cerca de los bosques, vivía una manada de caballosásalvajes. El jefe de todos ellos se llamaba Yar y era sabio y fuerte, con la crin blanca yárelampagueantes ojos negros. Yar tenía varios hijos entre la manada, y todos ellos eranámuy respetados por los demás caballos, yeguas, potros y potrancas. Pues de entreáellos había de nacer el nuevo jefe que un día les gobernaría. El más pequeño de losáhijos de Yar nació una noche de luna redonda y amarilla.»Pero, en seguida, Yar dijo que algo pasaba con aquel potrillo, que la luna parecía vagarápor sus ojos, que podía ver la locura en ellos. Y, así, empezaron a llamarlo CaballitoáLoco, y todos se fueron apartando de él hasta que se quedó solo. Entonces, conocióáa un niño tan solitario como él y, pese a las recomendaciones de su madre, sólo pudoápensar en que quería ser su amigo.