Para José Antonio Zambrano la poesía es ´un oficio de silencios´, que desbroza el misterio con la voz del verso, con la palabra, siempre entendida como ´vida´ y no pocas veces vivida como ´grito´, en esa dimensión ética, profundamente humana, de toda su labor creativa. Zambrano se nos presenta empapado de tiempo, de tiempo-vida, en la memorable senda machadiana.